Alguna vez se pensó que los animales, incluidos los gatos y los perros, solo podían ver en blanco y negro. Sin embargo, los científicos han demostrado que esto es un mito. En todos los animales la percepción del color está determinada por la presencia de células en el ojo llamadas fotorreceptores de cono. Los gatos y los perros tienen dos tipos de conos, que son sensibles a la luz azul y verde.
Para ver a todo color, los humanos usamos tres conos: rojo, azul y verde. Sin embargo, como los gatos y los perros solo tienen conos azules y verdes tienen una percepción del color mucho más apagada, que es similar al daltonismo en los humanos.
Los gatos y los perros no son sensibles a la luz roja, por lo que tienen dificultad para distinguir algunos colores. Por ejemplo, las pruebas de comportamiento en perros sugieren que pueden distinguir el rojo del azul, pero suelen confundir el rojo con el verde. Del mismo modo, muchas veces perciben el verde como gris.
También se creía que tanto perros como gatos tenían la capacidad de ver en la oscuridad, pero esto es - en parte - un mito.
Los gatos y los perros han evolucionado para la caza nocturna. Sus ojos tienen una alta densidad de bastones, que son las células sensibles a la luz tenue. Esto significa que pueden ver bien con tan solo el 15% de la luz que necesitarían los humanos. Además, sus pupilas funcionan de manera muy similar a la apertura de una cámara, dilatándose significativamente cuando necesitan recibir más luz.
Los gatos en particular tienen pupilas excepcionalmente grandes para el tamaño de su cuerpo y esto los ayuda a tener una excelente visión nocturna. Sin embargo, es un mito que los gatos y los perros pueden ver en la oscuridad total. Como todos los animales, se requiere algo de luz para que el ojo funcione correctamente.